Hoy vamos con una de esas recetas tradicionales, llenas de sabor y típica de Segovia, unos ricos Judiones de La Granja. Este tipo de legumbre, a pesar de su tamaño, queda suave y rica en boca y entre sus propiedades aporta vitaminas B y C, potásio, glúcidos, fórforo, magnesio, hierro y calcio.
Ingredientes (para 6 pax):
- 750 g de Judiones de La Granja
- 2 Chorizos para guisar
- 2 Morcillas (yo usé una de arroz y una de cebolla)
- 2 Trozos pequeños de Tocino Ibérico
- 1 Trozo de Bacon pequeño
- 1 Cebolla
- 1 Cucharada de Harina
- 1 Cucharadita de Pimentón Dulce de la Vera
- 3 Ajos medianos
- Perejil fresco
- Sal
- Aceite de Oliva Virgen
(Lo normal es hacer los judiones con Oreja o manitas de cerdo pero yo no disponía de ello y opté por los ingredientes que tenía en la cocina que más aportaran a un guiso como este)
Como siempre que vamos a hacer legumbres, lo primero que debemos hacer el día de antes es poner a remojo las legumbres al menos 12 horas antes de su cocción. El agua debe cubrir los judiones sobradamente ya que éstos absorberán agua y corremos el riesgo de que se queden sin ella.
Yo, además de las legumbres, pongo a remojo también en otro recipiente el bacon, el tocino, los chorizos y las morcillas que utilizaré en la cocción, esto lo aprendí con la fabada asturiana y en este caso además, siguiendo un consejo para evitar que el sabor de la carne sea excesivo y evitar parte de la grasa que sueltan, lo puse a remojo con 18 horas de antelación y cambié el agua hasta 3 veces para ir depurando el sabor y la grasa y así que el guiso no sea tan fuerte. Ha dado muy bien resultado la técnica, la verdad.
Una vez que han pasado al menos 12 horas de remojo de las legumbres procedemos al inicio de la cocción, lo primero que haremos será tirar el agua del remojo, poner los judiones en una cacerola grande y cubrir de abundante agua. Poner a fuego fuerte sólo los judiones y llevar a ebullición, una vez que comience a cocer, añadir un vaso más de agua a temperatura ambiente para romper la cocción y llevar de nuevo a ebullición, en el momento en el que rompa de nuevo a hervir añadir la carne, el chorizo y las morcillas. Si las morcillas son de arroz quizá sea buena idea añadirlas más tarde o sacarlas antes para evitar que se deshagan pues si la cocción es a fuego lento y en cacerola, como lo hago yo, es fácil que no lo aguanten y terminen deshaciéndose. Yo en este caso las puse en el inicio de la cocción y luego la reservé para añadirla cuando quedaban unos 20 min para terminar. También aprendí de mi madre que siempre que se pongan morcillas de arroz a cocer es bueno pincharlas con varios palillos a lo largo de toda la morcilla para que así no se rompan, cociéndolas con los palillos.
Cuando ya tengo todos los ingredientes iniciales en la cacerola, la tapamos y bajamos el fuego a temperatura media-baja, sin que cueza muy rápido y removemos de vez en cuando, dejando que se hagan a fuego lento durante las próximas dos horas o dos horas y media más o menos. Si la carne suelta mucha grasa se puede ir retirando la capa que queda en la parte alta del agua aunque si se ha ido cambiando el agua del remojo es mejor esperar al final puesto que no será mucha la grasa que suelten.
Tras el tiempo indicado, procedemos a cortar la cebolla en pequeños trozos, tipo
brunoise, y lo añadimos a una sarten con un generoso chorro de aceite de oliva virgen, una vez que la cebolla está tierna añadimos una cucharada de
harina tamizada y una cucharadita de pimentón dulce de la vera. Remover bien perimitiendo que se mezclen los ingredientes a fuego bajo para evitar que se quemen y una vez bien mezclado y cocinado, añadir a la cacerola con los judiones removiendo bien.
A su vez, en un mortero, picamos los ajos, añadimos hojas de perejil, un poco de sal y dos o tres judiones que sacamos de la cacerola directamente, machacamos todo junto y lo añadimos al guiso una vez que esté bien mezclado.
Remover bien el guiso para que el sabor se reparta y dejar cocer a fuego lento unos 20 o 30 min más, en este tiempo corregir la sal si fuera necesario y cuidar que no se peguen ni se deshagan los judiones. Este tipo de legumbre queda entera por fuera y muy tierna por dentro.
Un guiso tradicional, rico en nutrientes, ideal para las épocas de frío y que solo necesita de tiempo y cariño para conseguir un buen resultado.
¡Buen provecho!