Esta receta debo agradecérsela a mi querida compañera Irene, que siempre tiene recetas diferentes y sabrosas para disfrutar...
Ingredientes:
- 400 g de Merluza limpia y sin espinas
- 2 Ajos tiernos
- 1 c/s de Perejil
- 100 g de pan tierno de molde integral o miga de pan integral
- 1 Vaso de leche aproximadamente o bebida vegetal
- 1 c/s de Pan Rallado Integral
- 1 Huevo
- 1 Cebolla
- Hebras de azafrán
- Eneldo
- 1/2 Vaso de Vino Blanco
- 1/2 L de Caldo de Pescado o fumet
- Harina integral de trigo o avena
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Lo primero que haremos será poner en a hervir unos minutos la merluza para que desmigarlas sea mucho más sencilo, mientras, en un bol ponemos el pan y lo mojamos con leche o bebida vegetal, yo utilizo bebida de avena, el pan tiene que quedar mojado pero no soltar leche para la mezcla por lo que una vez que lo podamos desmenuzar podemos ponerlo a escurrir hasta que vayamos a incorporarlo a la receta.
Cuando la merluza ya esté ligeramente cocida, tras unos minutos al fuego, procedemos a desmigarla o partirla en pequeños trozos, que quede como picada, y lo ponemos en un plato. A la merluza añadimos el ajo picado muy finito y el perejil igualmente picado fino.
A esta mezcla añadimos el pan mojado en leche, bien escurrido y un huevo y mezclamos bien. El pan rallado es opcional, si ves que la mezcla empasta bien por sí misma y que no necesita más pan puedes prescindir de él, si por el contrario ves que le irá bien para que las albóndigas queden más compactas añádeselo. En mi caso he añadido solo una cucharada sopera, en vez de dos, de pan rallado integral.
Cuando tengamos todo añadimos una pizca de sal, al gusto, y mezclamos bien con un tenedor o con las manos para que la mezcla sea homogénea y quede todo bien integrado por igual.
Una vez que tengamos la mezcla, ponemos en un plato un poco de harina para pasar las albóndigas, yo he utilizado harina integral de trigo. Hacemos con las manos las bolas, de tamaño al gusto, y las pasamos por harina por toda su superficie de forma ligera, sacudiendo el sobrante antes de pasarlas al plato donde las colocaremos antes de sellarlas.
Tras pasarlas por harina, ponemos en una sarten un poco de aceite, lo suficiente para sellar las albóndigas, pero sin necesidad de que se bañen en aceite, y ponemos las albóndigas en ella y vamos volteándolas según se van sellando, evitando que se quemen por ningún lado. Las albóndigas se van a terminar de hacer con la salsa, por lo que no es necesario freírlas mucho en la sarten.
Sacamos las albondigas de la sarten una vez selladas por todos sus lados y las reservamos en un plato con un papel de cocina para que suelten el poco aceite que hayan podido absorber. Mientras, en la misma sarten, ponemos un poco de aceite y ponemos en ella la cebolla picada finita para que se vaya dorando, una vez que esté pochadita, añadimos unas hebras de azafrán y removemos, tras lo cual añadiremos el vino blanco y dejaremos que dé un hervor y se evapore el alcohol.
Cuando el vino ya haya evaporado el alcohol ponemos las albóndigas en la sarten, junto con la cebolla pochadita y removemos un par de veces para que se mezclen los sabores y de seguido añadimos el caldo de pescado y removemos. Dejamos que llegue a ebullición y que siga cocinándose a fuego lento durante 5 o 10' minutos, consiguiendo que se reduzca un poco la salsa y se terminen de hacer las albóndigas.
Es una magnífica receta para tomar pescado de una forma diferente y la verdad es que están...¡deliciosas!
¡Buen provecho!
Ana