Ingredientes:
- Medallones de solomillos
- 50 g Queso cabrales
- 200 ml Nata para cocinar
- Brandy o Coñac (Opcional)
- 1 Cucharada de mantequilla
- Pimienta Blanca
- Sal
- Aceite
Es recomendable hacer en primer lugar la salsa ya que esta salsa coge más cuerpo pasado un tiempo, hay quien añade un poco de maizena pero yo no la he incorporado nunca.
Para la salsa lo primero es poner en un cazo a fuego medio la mantequilla hasta que se derrita, una vez que esté derretida se añade la nata removiéndola a menudo sin dejar que llegue a hervir, en caso de que quieras añadir el brandy o el coñac, lo ideal es incorporarlo a la nata y añadirlo bien mezclado a la mantequilla. (También puedes quemar el alcohol antes en una sartén y sobre él derretir el queso, es otra opción)
Baja el fuego e incorpora el queso partido en pequeños daditos para que sea más fácil su fundido en la nata, remueve ligeramente evitando que se pegue y deja que se vaya espesando la nata con el queso a fuego muy lento durante aproximadamente 10 o 15 minutos. Añade a esta mezcla una pizca de sal y una vuelta de molinillo de pimienta.
Como es fácil que queden pequeños grumos del queso puedes pasar la salsa por un colador antes de que esté terminada deshaciendo los grumos con una cuchara al presionar contra el colador, también puedes pasarlo ligeramente por la batidora. Después de haber deshecho los grumos, vuelve a poner al fuego la salsa unos minutos más. Una vez vuelta a calentar, quitar del fuego y reservar.
Los medallones de solomillo simplemente requieren un poquito de sal y que se pasen por la sartén con poquito aceite, siempre de oliva, eso sí. Una vez hechos, poner en plato y acompañar de la salsa tras haberla templado antes de incorporarla al plato.
Un plato lleno de sabor y con una textura muy agradable, ¡a disfrutarlo!
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