No sé ni cómo ni dónde, hace unas semanas, leí una receta de un bizcocho con leche condensada, me llamó la atención porque hablaba de su suavidad y ligereza lo cual, tratándose de leche condensada me costaba creer pero al ver los ingredientes vi que ésta sustituía el azúcar en la receta...
Cuando supe que este sábado tendría visita en casa decidí hacer el bizcocho, busqué en Internet y encontré muchas recetas por lo que opté por seguir una receta clásica incorporando la leche condensada y he aquí el resultado...
Ingredientes:
- 400 g de Leche Condensada
- 4 Huevos
- 120 g de Harina de trigo
- 1 Sobre de Levadura Royal
- 50 g de Mantequilla o aceite
- Azúcar Glass (opcional)
- Pepitas de chocolate (opcional)
Lo primero que haremos será echar en un bol la leche condensada, añadimos los huevos uno a uno, incorporando cada unidad individualmente antes de echar el siguiente. Mezclar bien y conseguir que quede homogéneo.
Mezclar harina y levadura tamizándola e incorporándola al bol de la mezcla anterior, remover bien con unas varillas de forma que la mezlca siga siendo homogénea.
Añadir a esta mezcla final la mantequilla fundida o el aceite, según elección personal por uno de estos ingredientes, y batir hasta que quede bien incorporado. Yo he utilizado unas pepitas de chocolate negro que he añadido una vez que todo estaba mezclado, lo normal, si se echa al inicio es que bajen al fondo del molde y queden en la parte baja del bizcocho lo cual es muy útil si alguien lo prefiere sin ellas, pues las tendrá más fácilmente ubicadas.
En el bol que vayamos a utilizar debemos cubrir con mantequilla o aceite y harina el interior de forma que no sea más sencillo desmoldarlo, mientras hacemos esto, precalentar el horno a 180º para tenerlo a punto en el momento de meter la mezcla.
Una vez que tengamos la mezcla en el molde, meter en el horno durante 30 minutos aproximadamente a 180º, aunque como no todos los hornos son iguales bien sabemos que a partir de 20 o 25 minutos se ha de observar para ver cómo va, ya sabéis que estará hecho cuando al pincharlo con un palillo éste salga limpio.
Una vez hecho, sacar del horno, dejar templar fuera, desmoldar para servir y espolvorear, si se desea, azúcar glass por encima.
La verdad es que queda jugoso y delicioso, si no dices que lleva leche condensada nadie podría adivinarlo pues el sabor es muy suave y no excesivamente dulce.
En mi caso he de decir que la crítica fue muy buena, así que todos contentos
Ana