Hoy en día estamos todos acostumbrados a los caldos "caseros" que compramos en tienda, sobre todo se han puesto muy de moda los que vienen en tetra brick, que parecen más caseros pero todos sabemos que nada como un caldo hecho en casa a fuego lento con los productos de nuestra huerta.
Yo he hecho pocos caldos naturales pero como nunca es tarde..ahí va la receta del caldo de verduras.
Ingredientes:
- 1 Nabo
- 2 Puerros
- 1 Ramillete de Apio
- 2 Zanahorias
- 1/2 Cebolla
- 4 Champiñones
- 2 Tomates
- 1 Pimiento Verde (yo he utilizado pimiento italiano)
- 1 Pimiento Verde (yo he utilizado pimiento italiano)
- 2 Ajos
- Cilantro
- Sal
- 5 Granos de pimienta
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- 2,5 l de agua
- Pastilla de Caldo Vegetal (opcional)
Evidentemente un caldo tiene poco misterio, se trata de tener los productos adecuados y de la mejor calidad posible y ponerlos a cocer en el agua a fuego lento para sacar de los ingredientes todo el sabor, que pasará a un estado líquido la mar de apetecible...
En este caso podemos hacer un ligero sofrito, con muy muy muy poco aceite, un cucharada sería suficiente, y la cebolla, los champiñones, el ajo y el puerro. Para ello se corta la cebolla en juliana y el puerro en rodajas, los ajos los podemos añadir con piel y con solo un "machacón" de cuchillo, así aprovechamos al máximo su sabor.
El resto de verduras sirve con que las cortemos de forma sencilla, las zanahorias en rodajas, el nabo en dos o tres porciones, el pimiento solo necesita que se le dé un corte a lo largo del mismo, para evitar que flote, y se pone entero en la cacerola, el apio se corta en dos o tres trozos, la remita, los tomates en cuartos y el cilantro en rama.
Con estas medidas, dependiendo del tiempo de cocción que dediquemos, podremos obtener de 1,5 a 2 litros de caldo.
Una vez que la cebolla se pone casi transparente, añadimos sal y pimienta y el resto de verduras a continuación, regándolas de seguido por el agua. El fuego inicialmente puede estar algo más fuerte pero según rompa a hervir se dejará en una temperatura media para permitir que la verdura vaya soltando sabor.
Si hubiera que añadir más agua porque ésta se consuma, se recomienda probar por si quedara demasiado suave, en cuyo caso puede añadirse una pastilla de caldo vegetal deshidratada.
Pasada una hora u hora y media, las verduras deben estar ya totalmente pasadas y el caldo consistente, probar por si hubiera que ajustar la sal y colar y ... listo para tomar.
La verdad es que merece la pena hacer tus propios caldos.
Ana
- Sal
- 5 Granos de pimienta
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- 2,5 l de agua
- Pastilla de Caldo Vegetal (opcional)
Evidentemente un caldo tiene poco misterio, se trata de tener los productos adecuados y de la mejor calidad posible y ponerlos a cocer en el agua a fuego lento para sacar de los ingredientes todo el sabor, que pasará a un estado líquido la mar de apetecible...
En este caso podemos hacer un ligero sofrito, con muy muy muy poco aceite, un cucharada sería suficiente, y la cebolla, los champiñones, el ajo y el puerro. Para ello se corta la cebolla en juliana y el puerro en rodajas, los ajos los podemos añadir con piel y con solo un "machacón" de cuchillo, así aprovechamos al máximo su sabor.
El resto de verduras sirve con que las cortemos de forma sencilla, las zanahorias en rodajas, el nabo en dos o tres porciones, el pimiento solo necesita que se le dé un corte a lo largo del mismo, para evitar que flote, y se pone entero en la cacerola, el apio se corta en dos o tres trozos, la remita, los tomates en cuartos y el cilantro en rama.
Una vez que la cebolla se pone casi transparente, añadimos sal y pimienta y el resto de verduras a continuación, regándolas de seguido por el agua. El fuego inicialmente puede estar algo más fuerte pero según rompa a hervir se dejará en una temperatura media para permitir que la verdura vaya soltando sabor.
Si hubiera que añadir más agua porque ésta se consuma, se recomienda probar por si quedara demasiado suave, en cuyo caso puede añadirse una pastilla de caldo vegetal deshidratada.
La verdad es que merece la pena hacer tus propios caldos.
Ana